¿Fracasan las empresas que contratan a parientes o amigos?

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  • 26 de octubre, 2012
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"Mejor diablo conocido que por conocer", dije un viejo refrán. Es por eso que, a la hora de relevar algún cargo en una organización, hay quienes prefieren contratar a familiares y amistades, ya que conocen a priori la formación y valores del profesional. Tan así que un sondeo de la consultora española Factor Humano, indica que un "83% de los dueños o directivos aceptaron haber realizado un nombramiento de ejecutivos de alta responsabilidad en la empresa a familiares o amigos durante los últimos tres años."Sin embargo, la encuesta realizada a más de 420 ejecutivos de pequeñas y medianas empresas de todo el mundo, concluyó que "en la mayoría de los casos, el resultado de estas decisiones fue negativo."Si bien el integrante del clan familiar seguramente tomará como suyo el nuevo desafío esforzándose al doble para alcanzar sus objetivos con éxito. Pero, ¿por qué algunos fracasan?Para el docente de Estrategia y Empresarialismo del 
INCAE Business School, Esteban R. Brenes, el problema principal está en la no definición de las reglas de relación entre familia y empresa.
"Esto ocurre, porque no hay claridad en cuanto a sus responsabilidades y accountability. Es necesario definir qué hacemos con un ejecutivo familiar que no desempeña y que exista un mecanismo efectivo para su evaluación, y la sanción requerida. De igual manera, si su desempeño es muy bueno, debe existir claridad en cuanto a la manera de compensarle adecuadamente. En general, este tipo de asuntos se maneja entre familiares y eso dificulta el enfoque y objetividad de todo el proceso", afirmó Brenes.
La gran ventaja de optar por familiares y amigos (fenómeno llamado Nepotismo), agregó el investigador de INCAE, es que en la mayoría de los casos los contratados conocen el negocio y tienen lo que se entiende como "la camiseta puesta".
"Se espera no sólo buen trabajo sino que lo den todo por la causa. Sin embargo, aunque en la mayoría de los casos los resultados son positivos, en los casos negativos las consecuencias de no tener las reglas de la relación claras implica grandes perjuicios para la empresa y para las relaciones familiares", precisó Brenes.
Si se abre un cupo en la empresa, ¿se opta por un extraño talentoso o se confía el futuro de la compañía en familiares y/o amigos? Ésta ha sido la pregunta del millón de dólares que, en más de alguna ocasión, los altos ejecutivos se han realizado, ya sea por la certidumbre que les provoca "lo conocido" o por ayudar, a quien se estima, en tiempos de crisis económicas.Al respecto, el director de Investigación Facultad de Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo (UDD), Chile, José Ernesto Amorós, declaró que, "independientemente del factor "familia", muchas micro y pequeñas empresas no logran sobrevivir al llamado "valle de la muerte" que se da entre los 3,5 y 4 años de vida de la organización, porque no son sostenibles económicamente y, de algún modo, el tener empleados familiares puede incidir en la eficiencia y eficacia de la empresa. Es probable que muchos empleados familiares no tienen toda la capacidad técnica ni la experiencia para trabajar de manera optima en la empresa, pero es natural que siempre tratemos de proteger a los nuestros."Según los expertos, no siempre es riesgoso contratar a familiares y/o amigos, al contrario. Contar con gente confiable en las "entrañas de la firma" permite que haya un mayor control del negocio y que exista un mejor flujo de comunicación e información en la compañía.
"La empresas familiares que han sido exitosas son aquellos que han sabido y vivido de los momentos claves y críticos para la compañía, como es el caso cuando se empieza a crecer. Pero lo relevante está en delegar funciones estratégicas, y algunas operativas, en profesionales capacitados para esto", dijo Amorós quien, además, es profesor asociado al programa de innovación iCubo.
Amiguismo empresarialEl debate es de antología: ¿queridos o desconocidos? Para algunos, si el talento que buscan está fuera de su círculo de amistades, optar por la "competitividad objetiva" sería la mejor alternativa.En América Latina, la presencia de familiares y conocidos en las empresas es más que significativa. Por eso, el profesor del INCAE Business School, manifestó que los gerentes "deben comprender hoy es más común encontrar propietarios exigentes y que buscan resultados, y más vale que dejemos de pensar en el "amiguismo", pues eso nos puede dejar sin el puesto".Por su parte, el profesor de la UDD sostuvo que cambiar las preferencias a la meritocracia en la región es más complejo, porque "es parte de nuestra cultura. De cierto modo es también una respuesta socio-cultural al fenómeno casi intrínseco de desconfianza que tenemos. En esto, las redes sociales han jugado un rol. Mucha gente, sobre todo en los estratos socioeconómicos más altos, logra conseguir empleos más por estas redes que por "mérito" o capacidad".En la actualidad, las sociedades en América Latina son más complejas y heterogéneas respecto a la movilidad social. Más aún, el desarrollo y crecimiento económico y educacional han permitido que emerja una clase media más preparada que podría tomar los espacios laborales que, antes, sólo los de siempre tenían acceso.Por lo visto, el que empresarios opten por contratar a sus parientes o amigos es un tema más común de lo que parece. Pero puede salir costoso si es que se desconocen las habilidades de quién asumirá ese cargo de confianza. Si no se obtienen los resultados esperados, despedir a un pariente o buen amigo de seguro no ha de ser  nada fácil.Fuente: educamericas.com 

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