En más de alguna ocasión, erudítos de todos los campos del saber afirman que para tener éxito en la vida se necesita hacer preguntas esenciales siempre. Cuando se lee, escribe y habla, cuando se está de compras, trabajando o ejerciendo el rol de padres, cuando se están estableciendo relaciones amistosas o de pareja y también cuando se interacciona con los medios informativos e internet.Sin embargo, pocas personas dominan el arte de hacer preguntas. La mayoría nunca ha pensado sobre el por qué algunas preguntas son cruciales y otras no.
"Raras veces en las escuelas y universidades se estudian las preguntas esenciales y raras veces tienen los modelos en sus hogares. La mayoría de las personas preguntan según sus asociaciones psicológicas. Sus preguntas son al azar y salteadas", afirma la educadora colombiana Elena Vergara, integrante de la comunidad crítica de pensamiento sobre temas en educación y sociedad, The Critical Thinking Community (Estados Unidos), quien agrega además que el hacer preguntas analíticas es vital para la excelencia en el pensamiento, debido a que cuando analizamos "rompemos un entero en partes"."Hacemos esto porque los problemas en un entero son con frecuencia una función de problemas en una o más de sus partes. El éxito en el pensar depende, en primer lugar, de nuestra habilidad para identificar los componentes del pensar al hacer preguntas esenciales que enfocan estos componentes", sostiene Vergara.
En este contexto, una de las metas principales al desarrollar pensadores es establecer un componente disciplinado en su pensar. Los expertos la definen como 'una poderosa voz interior de la razón' para monitorear, evaluar y reparar sus pensamientos, sentimientos y acciones."Porque no es posible ser alguien que piensa bien y hace preguntas pobres", afirma el profesor ecuatoriano, Rodrigo Altamirano, miembro de Guild Member de la Creative Education Foundation (Estados Unidos), organización dedicada al estudio del campo de la teoría de la creatividad y sus impactos en la educación de niños y adultos.Muñoz señala que una mente sin preguntas es una mente que no está viva intelectualmente, ya que el no hacerlas equivale a no comprender. "Las preguntas superficiales equivalen a comprensión superficial, las preguntas que no son claras equivalen a comprensión que no es clara. Si su mente no genera preguntas activamente, usted no está involucrado en un aprendizaje sustancial", enfatiza.Y es que el hacer una pregunta moviliza las energías propias y de los demás hacia una solución, porque una pregunta es un catalizador de cambio, el detonador de una reacción en cadena que va más allá del un esfuerzo.Por su parte, el psicólogo Omar Matus de la Universidad de Santiago de Chile, afirma que "existen muchas maneras en que podemos sistemáticamente cuestionar lo que aprendemos, lo que leemos, escribimos, decimos, lo que pensamos y por qué pensamos como lo hacemos, lo que dicen los demás y lo que quieren decir".Matus afirma que, de acuerdo a últimos estudios de la Fundación para el Pensamiento Crítico, existen cuatro maneras de generar preguntas que llevan al pensamiento disciplinado:* El uso de conocimiento de estructuras de sistemas de pensamiento y lógica, es decir, enfocar las preguntas basadas en los elementos del pensamiento: propósito, suposiciones, implicaciones, información, punto de vista, conceptos, interpretaciones.* El uso de conocimiento de los sistemas. Para direccionar tres tipos de preguntas con una contestación correcta, algunas que son cuestión de preferencia subjetiva y otras que requieren juicio razonado.* El uso de conocimiento de criterios. Para centrar las preguntas basadas en criterios como: claridad, relevancia, lógica, exactitud, imparcialidad, profundidad, precisión, extensión.El uso de conocimiento de las disciplinas y los campos. Para enfocar preguntas específicas de una disciplina o campo: preguntas científicas, preguntas históricas, preguntas matemáticas, preguntas literarias, entre otras.Fuente: educamericas.com